Foto: Nino Birth
Diversos estudios han demostrado un mayor retraimiento social en jóvenes y adultos que una vez fueron prematuros. Sin embargo, no hay estudios que relacionen esos resultados con el tipo de cuidado que recibieron, es decir, si recibieron cuidados canguro o no. El estudio que presentamos demuestra, una vez más, la importancia del contacto piel a piel, y cómo éste ayuda a la maduración cerebral de los bebés prematuros, nutre el vínculo madre-bebé y ayuda a prevenir las secuelas psicosociales del aislamiento en incubadora.
Los bebés recién nacidos experimentan el mundo a través del tacto. Ahora, unos investigadores que han medido las respuestas cerebrales de 125 bebés -unos nacidos prematuramente y otros a término- han mostrado que las primeras experiencias de contacto de un bebé tienen efectos duraderos en la forma en que sus cerebros jóvenes responden al tacto suave, una vez que son dados de alta.
Los hallazgos, publicados en la revista Current Biology, son otro recordatorio de la importancia del tacto suave (amoroso) para el desarrollo sensorial normal de los bebés. Concretamente tienen implicaciones para la atención recibida por los 15 millones de bebés nacidos prematuramente cada año, que a menudo deben pasar largos períodos de tiempo en unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN).
«Asegurarse de que los bebés prematuros reciben un contacto positivo y de apoyo, como el cuidado de piel a piel por parte de los padres, es esencial para ayudar a sus cerebros a responder al tacto suave de manera similar a los bebés que experimentaron un embarazo completo dentro del útero de su madre», dice Nathalie Maitre del Nationwide Children’s Hospital y el Vanderbilt University Medical Center. «Cuando los padres no pueden hacer esto, los hospitales pueden considerar a otros profesionales para proporcionar una experiencia táctil cuidadosamente planificada, a veces faltante en un entorno hospitalario».
Maitre y sus colegas estudiaron 125 bebés, una parte de ellos nacidos prematuros a una edad gestacional de 24 a 36 semanas y otra nacidos a término de 38 a 42 semanas. Antes de que esos bebés fueran dados de alta del hospital, los investigadores realizaron un encefalograma suave para medir las respuestas cerebrales de los bebés al contacto.
En términos generales, esas mediciones mostraron que los bebés prematuros eran más propensos que los bebés a término a tener una respuesta cerebral reducida al tacto suave. Un análisis posterior mostró que la respuesta cerebral al tacto fué más fuerte cuando los bebés en la UCIN pasaron más tiempo en contacto con sus padres o con los proveedores de atención médica. En contraste, cuanto más dolorosos fueron los procedimientos médicos que tuvieron que soportar los bebés prematuros, menos respondió su cerebro al tacto suave más tarde. Eso fue cierto a pesar de que a los bebés se les dieron analgésicos y azúcar para que esos procedimientos fueran más fáciles de soportar.
«Ciertamente esperábamos ver que experiencias táctiles más positivas en el hospital ayudarían a los bebés a tener una respuesta más normal al contacto cuando regresaran a casa», dice Maitre. «Pero nos sorprendió mucho descubrir que si los bebés experimentan procedimientos más dolorosos al principio de la vida, su sentido del tacto suave podría verse afectado«.
Con base en los nuevos hallazgos, Maitre y sus colegas ahora están diseñando nuevas formas de proporcionar un contacto positivo en la UCIN. También están investigando cómo la respuesta cerebral de un bebé al tacto interactúa con su respuesta cerebral al sonido de la voz de una persona.
Para los nuevos padres, incluidos aquellos cuyos niños pequeños deben someterse a procedimientos médicos difíciles, anímate: tu contacto es más importante de lo que crees.
Referencia:
Maitre et al. The Dual Nature of Early-Life Experience on Somatosensory Processing in the Human Infant Brain. Current Biology, 2017 DOI: 10.1016/j.cub.2017.02.036
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